jueves, 3 de septiembre de 2009

ELEGÍA PARA UN MENDIGO

Para escribir un verso, justo un verso,
un verso justo, sin saber quien eras
fui acercándome a ti, pero de veras,
despojada de aquel temor perverso.
Traté de penetrar en tu universo
abatida tal vez, y así lo digo;
buscaba una razón de ti, mendigo,
de tu silencio , sucio y mal oliente,
encontrándome pues, en la simiente
de calmar tu dolor, querido amigo.

Justo en mi verso ahora yo consigo
ver la extraña razón de tu inocencia,
eres tan frágil como la apariencia
de la cruel soledad que va contigo.
Tu sed espiritual hoy yo mitigo
evocándote, pues, en mis ideas
y sin saber quien eres o quien seas
Dios ha de bendecirte, criatura.
porque él te mirará desde su altura
aunque lo busques hoy, y no lo veas.