Si una filosofía me provoca
a escribirle a ese hombre ya olvidado
es porque el desamor que me ha dejado
se quedó en el aliento de mi boca.
No hay más amor cuando el alma sofoca
el nuevo intento de una bienvenida
no llega al puerto si el dolor se anida
en la gruta perenne y silenciosa
donde se esconde la marchita rosa
que aun guardo de la triste despedida.
Que injusto el tiempo que atrasó mi vida
aquel perfume alegre de mi ensueño
¿qué ingratitud jugó con el empeño
que persistió albergado en tu guarida?.
Existe la razón que adolorida
creció dentro del alma quietamente,
tu jugaste a mentir y yo inocente
creía que te había conquistado
tratando de tenerte sujetado
ante el fiero trajín de la vertiente.
No, no pienses que es amor lo que resiente
mi corazón que traza esta escritura,
es el tiempo que apremia criatura
en las aguas de vida y su corriente.
Es lo que lastimó mi ser conciente
cuando quisiste ser blanco certero
,es que yo tuve que partir de cero
en la fragilidad de tu estadio
al dejar de pensar que fuites mío
con un dolor latente, crudo y fiero.
Por eso en este verso sólo quiero
dejar brotar de un soplo sin tardanza
aquel desprecio que inspiró venganza
al jugar con mi honor y amor sincero.
Por ahora tan sólo es el primero
de otros muchos que empapeló la historia
no fui tan sólo yo quien en su euforia
escribió versos y entonó canciones
en ti yo ví brotar inspiraciones
que hoy van conmigo hasta la misma gloria.