Tenaz poeta, amigo, consternada:
joven muchacho que me dice tanto,
cada elegía es hoy un bello canto,
que le hablas a tu España tan amada.
Esta tierra tan fértil y añorada,
que viste a Europa de sabor y goce,
hace que con tu llanto yo, solloce,
de tu alegría brote mi sonrisa,
mirando de tu altura la premisa,
que sale hacia un papel con fino roce.
Que premura tu adiós precipitado,
sin disfrutar apenas tus amores,
esa esposa de pétalos, de flores,
el hijo de tu amor, fruto engendrado.
¿Qué pluma, que decir habéis creado,
con el lenguaje de tu primavera?,
pureza de palabra tan certera,
intrépido del verbo en escritura,
que va dejando humilde la textura,
de tinta derramada en la cantera.
Hoy sigo embelesada en la lectura,
de poemarios, versos y elegías,
tus odas y otras sueltas poesías,
me hacen enaltecer por su frescura.
!Que don tan alto!¡sublime ventura!,
poder jugar, decir, amar en prosa,
es como sucumbir ante una rosa,
por su belleza propia, inmaculada,
se exalta la palabra engalanada,
ante el hermoso traje de una Diosa.
Así te escribo a ti, tierno Miguel,
con este mi enunciado mas certero,
para decirte en verso cuanto quiero,
loarte con mi pluma en un papel.
¿Qué sería del verso innato, fiel,
si se perdiera el uso de la rima?,
no fuera justo para quien estima,
la poesía como un gran lenguaje,
haciendo gala del mejor ropaje,
que sólo hacia una cumbre la aproxima.