por todo el globo terráqueo, deshaciendo,
lo que el hombre, en amor, fue componiendo,
detrás lo desbarata de algún modo.
Es como echarle al agua, cierto lodo,
es tan irreverente, fiero, cruel,
en la mano, lleva un frasco de hiel,
si lo derrama de una vez por toda
es tan superficial, como una moda,
que se esconde sin tregua en su cuartel.
Almas que giran, como carrusel,
negras entrañas, que sin sentimientos,
dejan huellas de fango en los cimientos
de sus propias parcelas, a granel.
Ellos siembran el odio, como miel,
usan el mal lenguaje, como maña,
el desamor: es intima cizaña,
pero si tiene quien le contrarresta,
!el amor!, que lo siente, lo detesta,
virando para atrás su cruel patraña
No temas nunca; que ese ser andante,
que viaja en su caballo, taciturno,
viaje largo, tan negro, oscuro, diurno,
devore tu alegría si es constante.
Ese malévolo jinete sofocante;
que quiso hacerte daño en esta tierra,
no se escapa de su temprana guerra,
y al moverse en su larga caminata,
la misma suerte: lo arrastra, lo maltrata,
porque al tocar la puerta, !se le cierra!.
El fiero desamor; se queda sólo,
si el mundo no le da cierta cabida,
al desamor, le queda poca vida,
si los hombres no le hacen protocolo.
Su frialdad se hiela, y en su polo,
de hielo, de maldad, desesperanza ,
se queda anclado, por su injusta andanza,
sin poder enarbolar bandera,
el desamor, no encuentra madriguera,
si tu alma se colma… de bonanza.
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