Te has vuelto una melódica campana
repiqueteando alegre en mis oídos,
tu voz emerge en tímbricos sonidos
desde el anochecer a la mañana.
Eres la musa lánguida y humana
que se desgrana al fuego de mis versos;
no sé quien eres y en tus universos
he penetrado hasta la selva misma
dejándome envolver por tu carisma
sin que medien telúricos perversos.
Ando en tu mente, voy en tu memoria
llevándote también en mis entrañas;
ajena de retóricas cizañas
vamos dando comienzo a nuestra historia.
Contar con vos es conocer la gloria,
cada palabra dicha es un murmullo
cual ángel celestial que en suave arrullo
galopa hasta el fulgor de mi desvelo
alzándose en la aurora de mi cielo
para llenar de amor mi propio orgullo.
Siento en ti los magníficos poderes
que emanan entre frases seductoras,
percibo yo ese mundo que tu adoras
donde sin conocerte , sé quien eres.
Exhausta ya de míseros placeres
corro hasta abrir tu cálido postigo,
refugiada en tu corazón de amigo
que esconde solitario alguna pena
alimentando nuestra igual condena
hoy sólo tu palabra yo persigo.
¿Cuánto caudal de diáfanos corceles
se cruzan al fundir los sentimientos?;
¿ cuántas verdades?, ¿ cuántos sufrimientos
arraigados en placidos vergeles?
Nuestras almas, ilusos carruseles,
dan vueltas al vaivén del puro hechizo
destajando un amor que se deshizo
con la sabia razón de la nobleza,
hemos hallado un tanto de belleza
como el destino simplemente quiso.
Versar para tu voz tiene su encanto
dejamos el adulto en los bolsillos
y de la mano vamos por los trillos
como dos niños entre risa y llanto.
Escribir para ti me place tanto,
que mi pluma se colma de ventura
desenfrenadamente, en la escritura,
mi pulso vibra sin apenas verte
apeteciendo solo conocerte
para ampararme bajo tu ternura.