Desde que tú no estás, ya no hay espera,
el sol que ya no brilla se ha dormido,
desde que tú no estás, ya no hay silbido,
y mustia está la tierna primavera.
El cielo esta tan gris, que desespera,
el mar se empequeñece, gota a gota,
la flor ya no florece, casi rota,
la noche se oscurece, sin estrellas,
y aquellas melodías que eran bellas,
se fueron de mi piano, nota a nota.
Desde que tú no estás sólo un paisaje
recorre mis ideas sin retoño,
un árbol solitario, en gris otoño,
desde que tú no estás, y estás de viaje.
No sé porque te hice el equipaje
para llorar después, día tras día,
que sin sabor estruja la alegría,
que irremediable y rudo fue mi paso,
sé que perdí tu amor y en éste ocaso
hoy me acompaña la melancolía.